Los dos juegos de mesa que más se aproximan a las estrategias bélicas
son el ajedrez y el asiático Go. El ajedrez, en comparación al Go, tiene un
tablero más pequeño, el ataque es relativamente rápido y conduce de modo
directo a una batalla decisiva. El Go es menos formal y su objetivo es aislar
las fichas del adversario, rodeándolas. Hay partidas que pueden durar hasta
trescientas jugadas por lo que la estrategia es más sutil y fluida que en el
ajedrez y se desarrolla con más lentitud. No se trata de luchar por el control
de un área en particular: hay que pensar en términos más amplios, estar
preparado para sacrificar un área a fin de llegar a dominar, con el tiempo,
todo el tablero. Lo que se busca no es una posición atrincherada, sino gran
movilidad. El objetivo no es “matar” directamente las fichas del contrincante,
como en el ajedrez, sino inducir una especie de parálisis y colapso general. ¡Utilice
la estrategia del Go en su vida personal! Nunca enfrente a su adversario de
forma directa porque puede ser peligroso y costoso. Lo indirecto y evasivo
logra mejores resultados a un costo mucho menor. Nada desorienta tanto a un
enemigo como la falta de una forma definida. Primero no tome nada de manera
personal ni se muestre a la defensiva,
con el fin de no mostrar sus emociones y ser blanco fácil. Sea como una pelota
enjabonada que nadie puede sostener: no permita que nadie vea que es lo que lo
afecta o hiere, ni cuáles son sus puntos débiles. Manténgase sin forma y terminará
enfureciendo y paralizando a su adversario.