En Japón hay un dicho popular que reza: “Tada yori takai mono wa
nai”, que significa: “Nada es más caro que algo que se da gratis”. ¡Todo tiene
un precio! Con frecuencia, lo que se ofrece de forma gratuita o como una ganga
implica un precio psicológico: Complejos sentimientos de obligación,
concesiones con respecto a calidad, etc. Es mejor pagar el precio y así mantenerse
libre de peligrosos enredos y preocupaciones. Así evitarás caer en la vieja
artimaña de “Dar cuando se está a punto de tomar”. Al hacer el regalo
apropiado, usted coloca al destinatario en una posición de obligación. La generosidad
suaviza a la gente y consigue aliados valiosos. El dinero da a quien lo posee
la capacidad de dar placer a los demás. Cuanto más oportunidades tenga de
hacerlo, más admiración atrae a sí mismo. Existen generosos de generosos, tal
es el caso del sádico financiero que a través del dinero trata de reafirmar su
dominio sobre los demás presumiendo que el hecho de dar le confiere el derecho
de torturar. También existe el dadivoso que no discrimina el cual reparte
dinero a todos porque desea que todos lo quieran o lo admiren. Su necesidad de
reconocimiento difícilmente logra el efecto deseado. Una relación no
necesariamente depende de la cantidad de dinero que usted tenga. También
depende de cómo usted use el dinero ya que es la forma más visible en que se
manifiesta tanto la grandeza como la mezquindad. Si usted acepta la posición de
inferior porque aún no tiene fortuna, corre el riesgo de permanecer en esa posición
para siempre.