A veces, el mayor acto de amor hacia una persona consiste en
desaparecer de su vida. Si no le puedes aceptar como es, déjale ir. Pero seguir
deseando que sea diferente los condena a ambos. Por eso debes respetar tu
insatisfacción y comprender que es una llamada hacia una vida mejor. Una
llamada a tomar una decisión que duele al corazón pero tranquiliza el alma: Las
despedida, la cual es parte de la vida. Es necesario a veces decir adiós y dejar
sembrado, antes de partir, lo mejor de nosotros. Es mejor partir llevando en el
recuerdo aquello que fue hermoso y puro ¡Pero no alcanzó! Y aunque duela, llega
el momento donde se debe dejar que todo siga su camino, donde es mejor no
forzar nada. Llega el momento de irse… de alejarse en silencio. Eduardo Galeano
decía que: “Solo los tontos creen que el silencio es un vacío. ¡No está vacío
nunca! Y a veces la mejor manera de comunicarse es callando”. Callar y entender
que aunque con tanta fuerza se desee,
hay cosas que sencillamente jamás serán… Y si te duele el corazón, trata de
disfrutarlo. Es que no hay muchas cosas que te estrujen el corazón. Y si te
duele de verdad, es porque valió la pena. Así que abrázate al dolor, que cuando
menos te des cuenta, el tiempo te enseña a volar de nuevo. Recuerda que somos
viajeros del tiempo… Venimos a compartir, aprender, tocar almas, dar amor,
¡Transformarnos! Porque las cosas cambian, las personas se van y ¿Sabes qué? La
vida continúa…