Hay una especie de estupidez testaruda que se repite a lo largo de
la historia: La supersticiosa convicción de que si la persona que lo precedió triunfo
haciendo A, B y C, usted puede recrear su éxito haciendo exactamente lo mismo.
Este enfoque de “calcado” podrá seducir a quienes carecen de creatividad, ya
que es fácil y atrae a los tímidos y a los perezosos. Einstein decía que: “Locura
es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes”. Cuando el
general Douglas MacArthur asumió el mando de las fuerzas estadounidenses en las
Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial, un asistente le hizo llegar un
libro con datos registrados por comandantes anteriores, referentes a métodos que
les habían dado resultado. MacArthur preguntó al asistente cuantas copias había
de aquel libro. Seis, le contestó el asistente. “Bien –dijo el general-, tome
esas seis copias y quémelas… todas. No voy a atarme a antecedentes. Cada vez
que aparezca un problema, tomaré la decisión en ese momento, y de inmediato”.
Adopte esta implacable estrategia para con el pasado: queme todos los libros y enséñese
a reaccionar frente a las circunstancias a medida que se produzcan. Quienes
siguen los pasos de otro son tomados por imitadores. Por mucho que usted se
esfuerce, nunca podrá librarse de esa carga. Es una habilidad nada común la de
saber encontrar un nuevo camino hacia la excelencia, una moderna ruta hacia la
celebridad. Hay muchos caminos hacia la distinción, y no todos se han transitado.