En el pasado, la corte se reunía alrededor del rey cumpliendo
diversas funciones: Subordinada y cerca del rey debía divertir, entretener y
¡Glorificar al soberano en un rotundo esfuerzo por complacerlo! Si bien es
cierto la corte real puede haber desaparecido, sus políticas son atemporales y
podemos aprender mucho de ellas:
1.- Evite la ostentación: Nunca es prudente hablar mucho de usted
mismo o llamar demasiado la atención sobre sus acciones. Esto generará envidia
en sus pares y tarde o temprano alguien le clavará un “puñal” en la espalda.
Sea modesto.
2.- Reste importancia a lo que hace: No demuestre nunca que está
trabajando mucho. Haga su trabajo de forma natural y que no lo vean como un
adicto al trabajo porque a nadie le gusta ver sangre y sudor, que es otra forma
de ostentación.
3.- Sea frugal con los elogios: Su superior nunca se cansará de
ser reconocido pero el exceso de elogios disminuirá su valor y despertará
sospechas en sus pares.
4.- Hágase notar: Es paradójico que aunque no pueda exhibirse en demasía,
deberá esforzarse en hacerse notar prestando atención a su aspecto físico y
encontrando la forma de crear un estilo e imagen que lo distinga del resto.
5.- Modifique su lenguaje según la persona que trate: Hablar y
actuar de la misma manera con todos, sin distinciones de rango, es un error
terrible. Sus criterios de conducta y juicio no son de validez universal
¡Adáptese según la cultura!