jueves, 11 de enero de 2018

El origen de la Navidad


Los romanos celebraban las Saturnales, el festival de Saturno, dios de las cosechas, entre el 17 y el 24 de diciembre. Era la fiesta más divertida del año y se remonta mucho tiempo antes de la fundación de Roma (753 a.C.). Cesaban todo trabajo y comercio, y las calles se llenaban de multitudes y de una atmósfera carnavalesca. Los esclavos eran temporalmente liberados y las casas se decoraban con ramas de laurel. La gente se visitaba y se obsequiaba velas de cera y pequeñas figuras de arcilla. Mucho antes del nacimiento de Cristo, los judíos celebraban –en esa misma época del año- la Fiesta de las Luces (Hanukkah), de ocho días de duración. En el año 274 d.C., el emperador romano Aureliano (214-275) había establecido un culto oficial al Dios Sol Mitras y declarado el aniversario de su nacimiento, el 25 de diciembre, como fiesta nacional. El culto a Mitras, el dios ario de la luz, provenía de Persia, se había extendido por toda Asia Menor hasta Grecia y Roma, y llegado incluso a las tierras germánicas y la Bretaña. Numerosas ruinas de sus santuarios todavía dan testimonio del gran culto que se rendía a ese dios, sobre todo por parte de las legiones romanas, como mensajero de paz, fertilidad y victoria. De modo que fue una táctica muy astuta la que se aplicó cuando en el año 354 de nuestra era, la Iglesia cristiana, bajo el papado de Liberio (352-366), acogió la fecha de nacimiento de Mitras y declaró el 25 de diciembre como aniversario del nacimiento de Jesucristo.