miércoles, 31 de enero de 2018

¿Por quien votar?




De golpe se acercan las elecciones y no sabes por quien votar. Sabes lo que no quieres votar, pero lo que quieres votar no lo ves. Eso produce una impotencia enorme y los políticos deberían darse por aludidos. ¿Por quién votar? Willian Mitchell Ramsay dijo: “Vota al hombre que promete menos. Será el que menos te decepcione” ¡Pero debes votar! “Una papeleta de voto, decía Lincoln, es más fuerte que una bala de fusil”. Un voto es un acto puramente religioso, que no se puede tomar con un arrebato de pasión. Se puede tomar solo con la mente purificada y compuesta y con Dios como testigo. Y sea lo que sea que decidas, que sea un reflejo de tus esperanzas y no de tus miedos. Una nación que no vota está mal. Donde el pueblo vota, la autoridad es indiscutida y las rebeliones y conmociones son desconocidas. Ningún país tendrá posibilidad de progreso político, de paz pública, de engrandecimiento nacional, mientras su gobierno no se fundado sobre el voto popular. Cuanto menos se tiene más importante es que votes. Los votos construyen hospitales. ¡Con la indiferencia no se construye nada! Tienes el derecho de elegir así como el derecho de auditar, vigilar, seguir de cerca a quienes nos gobiernan porque los proyectos políticos están hechos por hombres corruptibles, que pueden equivocarse o aprovecharse de su situación. Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje. John Curran decía: “El precio de la libertad es vigilancia eterna”. Recuerda: La democracia no garantiza el derecho o a votar, garantiza el derecho a elegir y vigilar…