lunes, 8 de enero de 2018

La pata del gato


En la fábula, el mono toma la pata de su amigo, el gato, y la utiliza para sacar castañas del fuego; consigue así las nueces que desea, sin quemarse las manos. Así actúan aquellos que saben que hacer algo desagradable o impopular, es demasiado riesgoso para ellos mismos. En ese caso necesitan una “pata del gato”, alguien que haga el trabajo sucio o peligroso. Una pata suave y acolchada pero con largas garras para sujetar a su presa. Útil para sacar cosas del fuego, para clavar las garras a su enemigo y hasta para jugar con el ratón antes de devorarlo. Con la pata del gato se lastima a quien se debe lastimar y se evita que la gente se percate que son los verdaderos responsables. ¡Se conservan las manos limpias! Es hacer todo lo grato y placentero, mientras que todo lo ingrato se hace a través de terceros. Con lo primero se gana fama y favores y con lo segundo se evita enemistarse con los demás. Igual sucede con personas en altos mandos que saben encontrar a la gente adecuada que se haga cargo del esfuerzo mientras ellos ahorran energías y, como el mono de la fábula, evitan meter sus manos entre las brasas. Estos poderosos dan la impresión de no estar nunca apresurados ni sobrecargados de trabajo. Mientras otros trabajan hasta gastarse los dedos, ellos se toman su tiempo. Solo se rodean de cosas agradables y los únicos anuncios que hacen son los de sus triunfales logros.