viernes, 19 de enero de 2018

Seduccion V


Su mirada era penetrante, su oratoria apasionada y con un aire de misterio que lo hacía parecer extraordinario y superior,  induciéndola a imaginar que era más grande de lo que parecía: un dios, un santo, una estrella. Era inexplicable de donde procedía su seguridad o satisfacción ¡Tal vez su creencia en sí mismo! O su osadía y serenidad a la vez. Resplandecía sin dar la impresión de un esfuerzo consiente, lleno energía y deseo, como el aspecto de un amante, instantáneamente atractivo, vagamente sexual… En tiempos difíciles, siempre se mostraba sereno, resuelto y con un perspicaz sentido práctico que provocaba, que ella se arrojara en sus brazos cual protector y salvador de su caos. ¡La hacia huir en sueños y fantasías! Prestándole atención a su ropa, sus gestos, haciéndola hablar de su pasado en particular de sus romances. Ella sabía que Él no le ofrecía otra relación, otra restricción, sino la oportunidad de huir de su corral y vivir intensamente sensaciones jamás experimentadas. El despertó su deseo y llamó su atención a tal grado que había convertido su presencia física en una obsesiva presencia mental: Su tentadora forma de vestir, su mirada sugestiva ¡La hacía sentir a gusto! Otorgándole el permiso de abrir la puerta dorada a su cuerpo: su mente. Ella le entregó su carácter, gustos, debilidades, los anhelos infantiles que regían su comportamiento adulto. Su mente era un bombardeo de imágenes. ¡Ella estaba atrapada! (Continuará…)