Hoy, al despertar, lo primero que hice fue ponerme la sonrisa que me
regalaste. ¿Hay algo más bonito que verte sonreír? No tienes idea el desorden de emociones que me
provocas. ¡No sé quién de los dos es más feliz cuando sonríes! Cuando lo haces
el mundo se ve más brillante y me doy cuenta de que lo que ayer dolió, hoy ¡Ya
no importa! Mis amigos me preguntan, al verme, que si estoy drogado, porque
solo les hablo de tu sonrisa. “¿Alguna vez han visto un atardecer en la playa? –les
pregunto- Pues la misma calma, la misma magia, pero en su boca”. ¿Sabías que la
sonrisa que me conquistó no fue la que vi en ti? ¡Fue la que me provocaste!
Cuando ni yo sabía que la tenía entre los labios. Sé que esa sonrisa era mía,
pero el motivo… eras tú. Tu sonrisa es vida, tu sonrisa forma la mía, tu
sonrisa es orgasmo. Tu sonrisa es un gol en el minuto noventa ¡Es la curva más
bonita que tienes! Una curva que lo endereza todo. Posees la sonrisa más
hermosa que en mi vida había besado máxime cuando la acompañas con esa linda
mirada. He llegado a la conclusión que no hay mayor cercanía entre tú y yo que
cuando sonreímos al leernos… Me has enseñado que no hay ninguna cosa seria que
no pueda decirse con una sonrisa, bueno o malo siempre surte efecto justo a
tiempo. También me has enseñado que hay sonrisas que no son de felicidad, sino
de un modo de llorar con bondad ¡Una sonrisa por fuera, mil batallas por
dentro! Si el corazón le pertenece a la sonrisa que lo hace latir ¡Mi corazón es
tuyo!